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  • Atención lamentable

La comida estaba rica pero la cantidad es reducida. Pedí una ensalada con salsa y prácticamente comí la lechuga seca porque no pusieron suficiente salsa. El problema fue la atención de los camareros. Nada mas sentarnos nos dieron la carta y nos dijeron que había que pedir en el momento porque no se podía alargar el pedido. Bueno, pues lógicamente hay dudas sobre los platos y las preguntas. Pregunté expresamente por un estofado afgano de lentejas rojas, básicamente quería saber cómo era un estofado afgano, por lo que al preguntarle, la camarera de muy malas formas y señalando las palabras de la carta me dijo "ESTOFADO y LENTEJAS ROJAS" al insistirle en cómo se hacía me contestó que era un vegetariano y por lo tanto llevaba verduras, me lo dijo como si fuera idiota y no entendiese lo que significa el vegetarianismo, así que lógicamente la contesté que soy vegana y sí sé lo que es el veganismo. Se quedó un poco cortada e intentó por fin ser un poco agradable, aunque tampoco me explicó muy bien el plato, me dijo que era un estofado con verduras y lentejas, y se acabó la explicación. Cuando acabamos el primer plato nos los retiraron sin preguntar, quedándose una de mis acompañantes con la última cucharada sin tomar porque se llevaron su plato. A todo esto preguntaban cuando ibas a mitad del plato si se lo llevaban ya, por no hablar de lo incómodo que era sentir cómo vienen a tu mesa y te miran descaradamente para ver si pueden retirarte los platos a lo largo de toda la comida. Cuando terminamos de comer, ya bastante mosqueadas por el trato, preguntamos si tenían café y nos dijeron que no, que preferían no ofrecer café porque sino tardaríamos mucho en comer y a la gente a la que le han dado hora después le sentaría mal. ¿En serio? Reservan las mesas cada hora, te meten prisa para que acabes pronto y así poder meter otra mesa, por lo tanto tratan mal al cliente porque básicamente te echan y te meten prisa para que entren otros. Además soltó un comentario bastante inútil que venía a decir que era mejor que tomásemos café en otro bar para así repartirse entre todos los negocios la clientela. Alucinante sí. A la pareja extranjera de al lado les llevaron la cuenta cuando todavía no habían acabado el postre y se quedó a su lado hasta que no sacó el dinero. Salí de allí muy enfadada y sin ganas de volver, no os imagináis lo decepcionante e indignante que fue para mí llevar a personas NO veganas y tener que encontrarse con esta situación tan desagradable. La comida tiene buen sabor, pero el trato deja muchísimo que desear, dan más servicios de los que su local puede abastecer, la gente espera fuera su turno porque hasta que no echen a los comensales no pueden meter a los nuevos. Comimos con estrés y prisas. Yo no volvería nunca.


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